Mundos en común

Pienso que las palabras son de otro lugar. No pueden ser nuestras estas cosas tan mágicas, tan increíbles. Me rehúso a creer que son humanas, eso no puede ser, nos rebasan, nos superan. Alguien nos las dio. De algún otro lugar nos vienen, de aquí no.

Los sonidos que somos capaces de emitir significan cosas. Códigos estructurados, complejos y hermosos. ¿No es delicioso? Memorizamos los sonidos de cada letra y luego los cargamos con nuestros significados. Aprendiendo a través de ellas, peleando y tratando de negociar con ellas, razonando por ellas, compartiéndonos empapados en ellas. Es tan cotidiano y tan mecánico; tan dado que es absurdo.

¿Cuántas palabras sabes, cuántas habrás escuchado en tu vida? Elige una para decir algo, la que sea. Escoge cuidadosamente otra que describa lo que sientes en este momento. Dime en una palabra qué hiciste ayer y en otra qué vas a hacer mañana. Escribe todo, como si al hacerlo, pudieras liberarte. Llénate la boca y vacíate el alma. Y ahora encarcélate en lo que dijiste, cierra con llave. Respeta profundamente lo que no dijiste: hiciste un pequeño homenaje a eso que llamamos soledad. Acomódalas bien y trasciende. Intenta comunicarme qué recuerdas sin usar palabras.

Lo que crees de ti son palabras. Lo que todos creen de mi son palabras. Tus sueños son palabras. Lo que más amas son palabras. Tu nombre es una palabra. ¿Cómo te llamas? Eres palabras. Estás lleno, ¿ves? Sin palabras no somos... nada.

Las tenemos, las recordamos, las inventamos. Las prostituímos, las odiamos, las creemos. Las interpretamos, las entendemos, las malentendemos. Las minimizamos y las maximizamos. Las abarcamos, las traducimos, las sustituímos, las tragamos, las abrazamos, las ensuciamos, las idolatramos, las veneramos, las recortamos, las pegamos, las negamos, las evitamos. Y sólo son palabras.

Enamorada de ellas. Escritas, leídas, habladas, guardadas, como sea. Enamorada de todas. ¿Cómo no amarlas? ¿cómo no vivir por ellas y para ellas? ¿cómo no querer saber más? Si son fantásticas y son reales... y no son opuestos. Las palabras no pueden ser de aquí, no pueden.

("Las palabras son mundos en común" es algo que un día escuché y que no creo ser capaz de olvidar nunca. Pocas cosas tan geniales retengo en mi memoria pero retengo esas palabras.)

1 comentario:

aranza dijo...

Me acuerdo cuando le dije a mi Novio: TE AMO, con la fuerza de cada una de sus letras.

Lo mismo para las palabras, todas, con la fuerza de cada una de sus letras, son hermosas.