Las dos manos

En la mano izquierda, todo el respeto que siento por ti y por lo que decidas, aunque me duela. El respeto a tu sentido, a tu dolor y a tu rutina, aunque la odie. Respetar tu mirada cada vez que me grita que no eres feliz.

En la mano derecha, toda la esperanza. Pensar que tal vez no es demasiado tarde. Que sería triste verte morir revolcándote en la misma cantaleta. Sentir que si hay tan sólo una, por más pequeña y lejana que sea... ¡ah, yo no voy a ser quien pierda la esperanza en ti! Yo no, no podría.

No sabía qué hacer, no me decidía. ¿Cuál de las dos? El silencio podía ser más largo sin problema y las palabras no importaban, las había pensado tanto que lo de menos era decirlas.

El tiempo me juntó las manos
y terminé haciendo las dos cosas.
Respetándote en esperanza.
O esperando con respeto.
Y hablé contigo.
¿Cómo? Todavía no lo sé.
Y tú no sabes el trabajo que me costó.

1 comentario:

Haytace dijo...

Ojalá que aparezca una sorpresa.
Que la sorpresa le dibuje muchas sonrisas.
Y que para festejarlo, entonces la derecha se junte y se separe tantas veces de la izquierda, hasta provocar un ruido ensordecedor
;)