Qué lindo sería

Qué lindo sería saberlo, sentirlo, jurarlo así: que estamos aquí por algo, que tenemos una tarea especial qué hacer, que sí existe el rumbo y que inevitablemente lo seguimos. Que hay una misión -como un trofeo dorado con polvo de estrellas- y que alguien nos eligió para estar aquí.

Qué lindo sería entender a los músicos como artistas matemáticos; a los políticos como protectores de las tribus; a los maestros como maratonistas de la sabiduría; a los arquitectos como constructores de refugios; a los ancianos como oráculos blancos; a los médicos como sanadores de pieles tristes; a los escritores como hacedores de universos; a los agricultores como alumnos del tiempo y del suelo; a los sacerdotes como orejas para el alma; a los filósofos como creadores del destino.

Qué lindo sería no haber visto nunca policías robando, soldados matando, estudiantes llorando y madres solas. Qué lindo sería no haber visto nunca sacerdotes juzgando sin ley, médicos vendiendo veneno, escritores sintiéndose vacíos o campesinos muriendo de hambre. Qué lindo sería no haber visto nunca niños pidiendo limosna, genios construyendo bombas, guerras de ventas, hombres prohibiendo amores, poetas pintándose un tiro entre las cejas o ingenieros dinamitando montañas en paraísos perdidos. Qué lindo sería que, algunas cosas, no las aprendiéramos nunca. Qué lindo sería, también, jamás haber mirado al mundo sin poesía.

1999

¿Qué opinarías de mí, 1999, si te dijera la verdad?

Exactamente

Tomamos, fumamos, no hacemos ejercicio. Comemos en la calle: mariscos crudos y tacos de todo. Cantamos gritando y bailamos en la sala. Nos salen el sol y la luna. Comemos carne, lácteos, comida envasada y congelada, ¡picante a morir! Usamos el microondas y sin anillos. No vamos a misa ni vemos las noticias. Nos asoleamos en la playa, nos regalamos libros y panes. Nos besamos, nos tocamos los pies y las bocas. Prácticamente no masticamos y andamos en transporte público. Hacemos música todos los días. Vamos a las marchas, vemos demasiadas películas, bebo demasiado café. Trabajamos en lo que nos gusta. Sentimos pasión, lloramos por el mundo y por los vagabundos. Nos gusta el teatro y la azotea. Nos amamos. Es decir, según entiendo: llevamos exactamente la vida que nos va a matar.