a girly girl

Qué delicia es ponerme una falda y unas botas o unas sandalias y una blusa sin mangas. Decidir todas las mañanas quién quiero ser y poder ser la misma cada día. Qué divertido resulta peinarme distinto y cambiar tanto. Ni qué decir de la aventura de un corte de cabello o un tinte. El extasiante plan de un manicure, un pedicure, una exfoliación completa o un facial. Esas placenteras tardes de sábado llenas de burbujas, espejos, olores y cremas. Cambiar mis manos con una simple pintura de uñas y cambiar mi actitud con un tratamiento para el cabello. Una bufanda, dos pulseras y un poco de maquillaje. Qué con qué y de qué color. Unos zapatos altos, perfume y un vestido... y notar en todos la sorpresa, ¡qué divertido es! Qué feliz me hace ser mujer y todas esas cosas "femeninas" a las que recurrimos para no aburrirnos tanto. Y qué rico es ser mucho más que todo esto y aún con todo, disfrutarlo así.
- A girly girl speaking...

No cualquier mochila

Tengo una mochila viajera. Una como hay tantas pero para mí es la más bonita de todas, la única que existe. Es azul con gris, de forma alargada y tiene un montón de correas: en los hombros, en la cintura y de cada lado. Cambia de tamaño y se ajusta dependiendo de la situación; sus cierres no tienen problemas para ceder ni para guardarse. Es muy practica: se abre por arriba y por abajo y tiene seguros. Sus elásticos han sostenido desde botellas con agua, hasta pinturas renacentistas y calcetines mojados. Tiene capacidad de aproximadamente 18 kilos. Yo le he puesto hasta 14 ó 15 porque a la que le falta capacidad de cargar más es a mí (aunque esa esponja que tiene para la cintura, es de enorme ayuda para mis hombros). A veces sentí que ella me llevaba a mí y no al revés. El agua no puede entrar en ella y todo lo cuida muy bien. Tiene una pequeña bandera de México cosida en la parte de atrás que me hizo varios amigos. Yo se la cosí. Tiene colgado un candado cuya combinación ya olvidamos las dos. También yo se lo colgué. Es una mochila muy inteligente, todo en ella tiene su razón de ser, es una excelente compañera de viaje y casi no se sabe ensuciar ni maltratar. Protegió la copia de mi pasaporte en los peores momentos y transportó todo lo mío por meses. Es una mochila viajera que ha estado en varios países. Ha viajado por cielo, mar y tierra pero ha estado guardada por un largo tiempo ya. A lo único que le tiene miedo es al abandono. Creo que está un poco triste últimamente. Ayer por la noche la vi y con su mirada pícara, me susurró: "vámonos al sur". Y yo, con una sonrisilla, le guiñé un ojo. Ésta no es cualquier mochila, es la mejor del mundo, la mía.

Si pudiera

Si pudiera describirte el tamaño de mi indiferencia, diría: enorme.
Si pudiera decirte en una palabra mi grado de compromiso, sería: nulo.
Si pudiera englobar en un concepto lo que siento, sin duda sería: hartazgo.

Realmente me da exactamente igual lo que suceda
y no voy a meter mi estómago, otra vez,
para cambiar ni siquiera un poco el rumbo de nada.
Vengo y funciono pero sólo estoy esperando poderme ir.
Y si pudiera decírtelo, lo haría, creéme.

(Si alguien me hubiera dicho que llegaría a este punto...
seguramente no lo habría creído
y hubiera hecho todo exactamente igual.)

Qué problemón

Me gustan las servilletas porque me parecen accesibles, necesarias, universales, ligeras, útiles, cotidianas y sencillas. No me gustan las servilletas porque me parecen cuadradas, aburridas, obsoletas, desechables, obvias, tomadas por sentado y víctimas de cualquiera. No me puedo decidir, qué problemón.

Una batalla

Me pregunto si la cordura tendrá miedo.
Miedo de mí y de mis impulsos homicidas.
Miedo de saberse acorralada
y comprender que está a punto de sufrir
una muerte lenta y deliciosa
a mano limpia
en una batalla de dos.

De todos colores

Hay días en que mi sonrisa es naranja y me descubro soñando en verde intenso. Mis uñas eran rosas la semana pasada, mi falda hoy es blanca y siempre te recuerdo azul. El gris oscuro siempre es sensual por indeciso y neutral; pero cuando se vuelve pegajoso y pesado, es señal de que el miedo está aquí. La añoranza es arena morena y la nostalgia es una larga caminata de mañana y sobre talco fino. La intimidad es burbujas tornasol y humedad reflejante. Sé dar abrazos de todos colores, hoy me gustan más los rosas. Extraño y necesito en rojo. Me desbordo, me enojo y me apasiono en rojo. Mis ganas son rojas y el peligro también. La canción que escucho ahora y los recuerdos que me trae son azul nocturno. La vergüenza se pierde entre un magenta denso y un poco de negro. Me refugio en colores tierra porque ahí nada me puede pasar. Mi timidez es color hueso y el color de tus ojos no se compara con nada: es misterio disfrazado de nobleza "grizul". La paz no es blanca, es una fiesta de color. La pureza es una mentira (las mentiras son mentiras) y el blanco absoluto también. La melancolía se parece al verde aceituna y la desesperanza al verde militar. La frescura es verde manzana y quiero una manzana. El lila es mediocre y barato y jamás me gustó el morado. Despierto y digo: "hoy es un día amarillo" y me visto de negro. La intuición es rosa pálido y la tranquilidad es un azul profundo y cristalino. La desesperación es naranja cerrado con manchas y la alegría es amarilla salpicada de blanco. El respeto, la incertidumbre y la indiferencia... las tres son plateadas. El cinismo hipócrita, mostaza, definitivamente. Me atraen las transparencias y los difuminados. La introversión es un color pálido. La honestidad es plastas de color, el que sea; y las plastas me seducen. El blanco-y-negro me encanta, son retos descarados y elegancia disimulada. Hay áreas que intento despintar y otras que brillan por naturaleza. El polvo es de todos colores y casi nunca es suciedad, me dibujo en él. Mis manos son azul intenso y mis pies están cansados del mango.

¿Qué idiota dijo "las niñas rosa y los niños azul"? Qué terrible limitante.

Soy todos los colores: los que invento, los que me faltan, los que me sobran, los que aún no he visto y los que ya me comieron.

Hoy el amor es turquesa y... si las estrellas no son blancas, ¿de qué color son?

Este interesante abecedario

Hubo un G y un R, tengo que empezar por ahí. También un JA, un JC, un C, un D con una sonrisa hermosa y un LM que me gustaba muchísimo y besaba muy bien. Otro R, un G obsesionado, un E muy extraño, un JB muy tímido y un B. Un O no muy alto, un H muy nervioso y un J. Un M, otro C, otro G y un L. Un P, otro E, otro E diez años mayor, un F con un excelente sentido del humor, otro O que conocí por accidente y una V. Conocí a JJ en un aeropuerto y M siempre me intrigó. Casi se me pasaba la A, ¡las dos!, hace tanto tiempo. Hoy nos concentramos en el justo medio del abecedario con un par de letras interesantes y empiezo a pensar que tengo serios problemas de compromiso a largo plazo, ¡ja! ¿Cuántas letras he olvidado, cuántas he obviado, de cuántas ni me enteré y cuántas más faltarán?

Frustración

es cuando todo puede pasar y nada pasa.

P.D. Se siente de la mierda.

al buen "escuchador"

Escuchas de tal manera que oyes en mí lo que yo misma no puedo. Haces que te exponga, una a una y sin querer del todo, mis incoherencias más profundas. Voy enredándome sin salvación en la lógica y permito que me veas caer en mi propia emboscada. Atas lo que dije hace rato con lo que acabo de decir sólo para que vea que todo es un nudo sin sentido. Atento, dispuesto, cruzas los brazos y logras que me tropiece con mis preguntas pidiéndote a carcajadas y por favor, otra respuesta. Me conoces tanto que ni siquiera comienzo a confundirte y mira que lo he intentado. (No sé en qué momento comenzaste a conocerme tanto). Te queda clarísima la imagen que yo sólo veo en el espejo empañado. Perfectamente sabes todas las cosas que no tengo resueltas y eso me gusta. Creo que contigo no puedo ser más ni menos. Ya ni siquiera pretendo y es delicioso sólo ser. Tienes un oído muy observador y permite que te diga que siempre es un placer hablar contigo. Qué bueno que viniste.

Estadísticas

"Tu y yo hemos logrado más
de lo que el 90% de las mujeres
lograrían en 3 vidas...
"

Así sin más me lo dijiste
y así sin más yo digo:
no estoy de acuerdo contigo
y que me lleve el carajo de una vez.

Sólo sé dos cosas:
una, esas palabras tuyas se me pegaron
desde aquella noche
y dos, no estoy ni cerca
de comenzar a sentirme satisfecha...
de nada.
Ni tú.

Lo dudo

Debe haber algo más valioso en mi día que "aprende a confiar en lo que está sucediendo". Un día debe traer mucho más que el afortunado acomodo de ocho hermosas palabras. Debe... pero lo dudo.

aunque

Qué gusto que la historia sea tan rara
y el encuentro tan fortuito
aunque no "real".
Imaginar que estáras haciendo
aunque no sepa dónde.
Querer que sea lunes
aunque sea lunes.
Y que seas un motivo más
aunque no seas.

No quiero ser

La que tenga miedo. La tan estable, la tan racional, la tan determinada. La que no se dejó llevar. La que se sigue arrepintiendo de lo que no hizo. La que pidió tiempo y distancia. Y la que lo sigue pidiendo. La que tenía todos los planes, todas las respuestas y todos los supuestos. La gran promesa, el gran talento anestesiado. La que no arriesgó. La que todo lo supo y al final, de poco le sirvió. La que tuvo todos los argumentos en la mano y se los tuvo que esconder en el bolsillo cuando ya habían caducado. La que se tumbó todas las corazonadas con cálculos y fechas. La territorial, la tensa, la reservada, la seria, la inteligente, la fuerte, la autosuficiente, la independiente, la segura, la distante, la admirada, la sola. La que siempre hizo todo lo que estaba "bien". No quiero ser esa. Ya no.

Un secreto:

Siempre haces que escriba.
Siempre.

"nuncamente"

Uno nunca sabe hasta donde pueden llegar...
sus palabras,
sus formas,
sus momentos,
sus decisiones,
sus impresiones en otros.
Uno nunca sabe.
Y no se puede tener real cuidado.
Sólo se puede ser lo que se es.
Nada más que eso.
Y "nuncamente" sabemos nada.
Y qué bueno que así sea.

días y días

Hay días en los que todo tiene sentido, en los que la fuerza sobra, en los que la sonrisa delata. Hay días en los que los motivos me toman de la mano y me van llevando, en los que la confianza se me derrama, en los que creo en el orden de las cosas. Hay días en los que la duda no viene, en los que mi voz es clara y firme, en los que simplemente estoy arriba. Hay días en los que saboreo hasta el café quemado, en los que tengo ganas de abrazar, de observar, de compartir, en los que mi intuición y mi mirada están despiertas, en los que el ánimo se contagia, en los que mi piel me es perfectamente cómoda y no quiero huir, en los que no estoy ahogando reacciones y gritos, en los que no me acuerdo qué se siente querer llorar, en los que sé que puedo llegar sana y salva a la noche. Hoy no.

yo sí creo

Qué duras las cargas, las ideas preconcebidas, los prejuicios. Principalmente los propios, sí, pero con los ajenos también se convive y se lucha. Qué duro se vuelve estar con alguien que todo el tiempo se encarga de recordarte quién fuiste y no se atreve a ver quién estás siendo hoy. Qué duro es tener que demostrarle tanto cuando se supone que debería amarte como eres y porque sí. Qué duro no ser lo suficientemente "buena" nunca. Qué duro es que quieran encasillarte en una jaula en la que ya no cabes. Qué duro crecer tanto y que no lo vea; o tal vez no lo puede creer, no sé.

Qué duro no lograr conocer a alguien que está tan cerca de ti. Qué duros los límites que nos ponemos a nosotros mismos. Qué duras las expectativas, las comparaciones, las deudas eternas, las medias libertades. El amor condicionado, qué duro.

¡Qué duro creerle! Por favor, no lo hagas. Si te sirve de algo, para mí eres perfecta así, como eres, te prometo que sí. No necesitas hacer nada: ya eres suficientemente todo, siempre lo fuiste. Yo creo en tu manera de vivir, yo creo en tu experimento, yo creo en las formas que decidas. No te esfuerces tanto, no es tu problema. Yo sí creo, ¿y tú, cómo vas?

no es

Si es "envidia de la buena", no es envidia (o es de la normalita).

piel de gallina

Lo dijiste sin decirlo y lo entendí sin poder creerlo. Le atribuí al frío mi piel de gallina pero los dos sabemos que no hacía tanto. Un escalofrío me recorrió completa y, aunque mis brazos me delataron, lo impactante fue que la expresión de mi rostro no cambiara en absoluto. Casi sobra decir que no esperaba esas palabras ni esa mirada ni esas lágrimas ni esa confesión ni nada. No esperaba nada. Me tomaste totalmente por sorpresa y mi intervención tan indirecta y tan involuntaria me petrifica sin una sola explicación.

Qué curioso el engranaje cuando me deja más cerca de lo que jamás pensé estar.

Sí sé cómo se siente la desesperación. Sí se cómo se siente la angustia. Sí sé cómo se siente el dolor. Sí sé cómo se siente que el mundo se cierre, se caiga, se apague, se vacíe. Sí sé lo que es tener la idea. Sí sé cómo es no querer. Basta con ser una persona y andar por este planeta para saber esas cosas. Pero nunca he recorrido ese camino. Creo que debe pesar, creo que debe arder, creo que debe aplastar. Creo que debe ser el único para considerarlo. Creo que debe ser el último. Y fuera de ahí, ya no creo nada. No me atrevo.

Si puedo hacer algo, lo que sea, por ayudarte en algo, lo que sea; escuchar algo, lo que sea, o decirte algo, lo que sea, o escribirte algo, lo que sea... para que te sientas un poco bien o mejor o diferente, ¡o lo que sea! Por favor, por favor, házmelo saber. No tienes ni que pedirlo, sólo entérame. Y si de alguna manera, la que sea, ya lo he hecho, pues entonces reitero: no tienes nada que agradecer y yo lo único que tengo es piel de gallina.

A cucharadas

Después de un largo día de viento frío e indeciso sol, aprendí que al bienestar le gustan los disfraces. Va tomando distintas formas para que no perdamos la fe en su existencia y podamos llegar a la siguiente parada con bajísimas dosis de él. Aparece y desaparece...

Hoy, para mí, se disfrazó de una caliente sopa de fideos y verduras con mucho limón y un poco de chile en polvo. Tenía mucha hambre así que fueron dos platos. Hoy a eso de las 11:43 de la noche, cené bienestar a cucharadas. Encontré por unos segundos, a través de una simple sopa, mi lugar en este planeta que, por cierto, era, el suelo. Y justo ahí, no necesité absolutamente nada más... ni siquiera de mí misma. ¿Cómo puede suceder esto? No lo sé, ni idea tengo, casi milagroso supongo. ¿De verdad a cucharadas? Sí: hasta dejar el plato vacío.

breve agradecimiento (parte final)

Y gracias porque los 5 anteriores fueron cada uno (y sin querer) más largo que el anterior. Y gracias porque podría seguir.

breve agradecimiento (parte 5)

Porque la gente me sonrié cuando me ve. Porque la gente me abraza para saludarme y para despedirse. Porque extraño y me extrañan. Porque no he dejado de necesitar. Porque no he perdido la fe ni las ganas. Porque todo se sigue moviendo. Porque digo la verdad, la mía. Porque me atrevo a preguntar cómo estás esperando esa respuesta y no otra. Porque estoy escribiendo más que nunca. Porque estoy más loca que nunca (y más cuerda que nunca). ¡Porque sé lo que quiero y porque cada vez falta menos! Porque nunca te fuiste. Porque estoy llena de amigos, de los buenos. Porque sabes que no te estoy juzgando, que jamás lo haría... y entonces te abres. Porque me están pasando cosas "rarísimas". Porque por primera vez en mi vida, me dices que estás orgullosa y por primera vez en mi vida, lo siento. Porque estoy encontrando la congruencia que tanto buscaba. Porque puedo ya no quepo, ya no quiero y pronto, ya no tendré qué. Porque no he perdido el piso. Porque no he perdido el cielo. Porque no me arrepiento de nada. Porque puedo dormir tranquila. Gracias por todo eso. Gracias.

breve agradecimiento (parte 4)

¡Porque puedo! Puedo irme o quedarme. Vender todo y volver a empezar o solamente volver a empezar con todo. Porque puedo conformarme en donde estoy o puedo ser nadie otra vez. Porque puedo esperar o puedo desesperar. Porque puedo llegar temprano y quiero llegar tarde. Porque puedo compartir y sé cómo hacerlo. Porque puedo decidir si mayo está muy cerca o muy lejos. Porque puedo subirme a un avión. Porque pienso y siento... y me confundo entre las dos. Porque todo esto es mío. Porque me siento tan libre. Y porque lo soy. Gracias por eso.

breve agradecimiento (parte 3)

Aunque no entienda cómo ni porqué y no me guste y me resista y sea la peor persona confiando, soltando, esperando y "cancelando" la mente; muy (¡muy!) en el fondo sé que las cosas ya son perfectas como son y, de alguna manera, me siento sostenida y segura. Elijo creerlo y gracias por eso.

breve agradecimiento (parte 2)

No puedo pensar un sólo lugar ni un sólo momento de mis 27 años de camino, en el que no me haya encontrado con personas profundamente valiosas que han marcado mi existencia de las maneras más diversas y más hermosas. Y se van quedando. Gracias por eso: por siempre aparecer.

breve agradecimiento

Sólo sé que mis noches compensan mis días.
Ya me hubiera vuelto loca si no.
Gracias, equilibrio, por eso.

gdipa

Edferbedad pasajera e idfecciosa duradte la cual (cof, cof) se presedta ud escurribiedto vital ed su forba líquida por las fosas dasales, frecuedtemedte acobpadiada de más flojera de la dorbal, escalofríos, picor de gargadta, (cof) dolor de cabeza, ojo lloroso, dariz roja, debilidad, estordudos desesperados y repetitivos y hueva gederalizada por la vida y las actividades cotidiadas.

Do be gusta teder gdipa. Be siedto bal.

¡Achú!

Is this it?

So this is it?
Is this my life?

Is this my job, my routine?
Is this the office I work in every day?
Are these my coworkers?
OK, well... hello, there.
Is this my chair, my desk, my cup?
Is this what my morning coffee
was supposed to taste like?
All burned up and cheap.
What ever happened to the big window
and the great view?

So, this is what I do everyday, isn't it?

Is that me driving that car?
Is that all my music?
Are those my movies, my books,
my clothes... my pictures?
Is that my couch?

Is this home?
'Cause this is where I live, isn't it?
Did I steal those signs?
Is this my bedroom? it's small.
Got myself a fish,
didn't think I ever would.

Are those my friends from "all over"?
Is this my savings account... really?!
So you don't got a boyfriend
and you didn't get your master's degree either.

That's me living alone, right?
One bedroom apartment,
cleaning it myself,
cooking for one.
Didn't think I would do that either -
the cooking part.

So this is me, being all grown up
and walking around in shoes I paid for.
With my beautiful computer
wearing a nice jacket and a scarf and
being able to do whatever the f*ck I want
... pretty much all the time.

Dreaming and waiting.
Smoking and reading.
Drinking and crying.
Studying and laughing and planning
(still! unbelievable).
Haven't I learned anything?

So this is how I turned out to be.
This is me nowadays.

I'm not entirely disappointed.
I know exactly how I got here.
I've worked hard. I know that.
And I guess I wouldn't trade it,
maybe.

I just thought it would be
different, bigger, richer,
(more... exciting?)
probably better, actually.
I'm still waiting for real life to happen,
you know?

But deep down
I know this is it:
this is real life,
this is my real life.

...

Are those my dreams? Come on!
What the hell happened to them?!
Damn it!

terrible

El olor caliente a canela, la flojera de las tardes y cierto tic tac. La adrenalina. Una canción (un fuzz) que dura 5 minutos con 14 segundos de un disco de portada azul. Otra canción de otro disco que dura 3:34 en su versión en vivo. Incontables canciones, de hecho. El teatro, la neblina, el pan recién hecho. El saxofón... el buen jazz en general. Las manos frías y las caricias que sin querer, lo son. Las burbujas, el agua caliente, los pisos de madera. Esas hojas con forma de estrella que caen de esos árboles y que se van aplilando mojadas en las aceras mojadas de la ciudad mojada. Ese recuerdo. Las fotografías en blanco y negro, los suspiros inesperados, las chimeneas. El olor a pimienta y a tierra mojada. La pequeñísima sombra que a muy pocos hombres se les forma, debajo del labio inferior y justo encima de la barbilla. Algunos idiomas extranjeros, algunos acentos extranjeros. Esas líneas afiladas y descendentes de las caderas. Ese huequito en la parte baja de la espalda baja. La barba cerrada y perezosa de tres días. Los besos lentos, los abrazos largos y el aliento tibio en el cuello. El olor a libro nuevo. El color gris, las cascadas, las corbatas, los susurros, la complicidad. Ese hueso. Un hombre seguro y decidido... y casi rapado por completo. El whisky en las rocas (aunque no me guste tomarlo así) y la espuma blanca de la cerveza oscura y fría. El silbido del tren a lo lejos a media madrugada. Luces que se prenden y se apagan en ventanas ajenas de un paisaje urbano y visto desde muy lejos. La albahaca, el chocolate amargo y la dulce acidez del vinagre balsámico. Morderse los labios. Esos excepcionales rayos de sol que uno descubre de lado y revelan diminutas partículas de polvo flotando en el aire. La prosa profundamente descriptiva. La velocidad en carretera, los ríos pequeñitos. El olor a loción, a recién bañado. La media luz, la estática, las toallas tibias y esponjadas. El atardecer en la playa mientras los pies se hunden en la inestable alfombra de arena mojada. La luna, como decida estar. Viajar sola. El vaho que se forma en la cara interna del cristal de mi ventana mientras del otro, se adhieren las frías gotas de la lluvia. Los orgasmos, los escalofríos. Jude Law y la idea de ti.

Terrible. Es simplemente terrible la excitante sensualidad que encuentro en estas cosas. Terrible su erostimo mal escondido sobre las superficies. Terrible que algunas sean tan comunes, tan cotidianas y tan vulgares. Tan fáciles y sosas. Terrible andar así por el mundo y descubrirme provocada, hechizada, seducida por su misterio. Es una burla, es terrible.

Estos...


son mis lentes
y mis ojos.

Entre los cuatro,
ven y aman
estos días grises,
lluviosos,
fríos.

Y recuerdan Boston.

Volví a pensar

Volví a pensar en el aire, ni hablar. Lo siento de antemano. No en el viento, en el aire. El viento tiene su encanto pero el aire no se compara. Soy como una adicta que volvio a drogarse. Tirada en el suelo, perdida. Ya, que nadie me moleste, que nadie me anime, que nadie me reclame, que nadie me diga nada. Déjenme sola. No resisto, necesito más.

Es cierto, punto. Lo admito. Volví a pensar en ese foco que se prendió, ese "micro" que se abrió para que yo hablara, esa antena en esa esquina, esa cabina tan pequeña y tan caliente, ese reloj, esos teléfonos, esos controles, esos cables, ese interruptor. Esas personas en quienes reboté, como energía, tal cual. En las estupideces que dije, las carcajadas que no controlé porque no quise, eso que no quise decir. El respeto que tuve. Todo lo que sentía. Una hora. Los errores, las canciones, los anuncios; todo de nuevo. Aquí están. Ya, consumí más droga: recordé.

No sé si maldecir o bendecir ese primer día, todavía me inclino por lo segundo... creo. Toda la magia electromisteriosa que tiene que suceder para yo hable aquí y tú me escuches allá, donde quiera que estés. Y el aquí ya no es aquí, el aquí ya fue: el aquí es ayer. Sí entiendo pero hoy volví a pensar, ¿qué quieren que haga?... sí, con un poco de nostalgia y de enojo, para qué negarlo si es evidente. Hoy sí dolió. ¡Yo no busco esos recuerdos, ellos me encuentran! Batalla interna, ¿qué hacer? Todo tiene que ver con el líquido al final: o es esta lluvia tan insistente o son esas cervezas que me los traen.

Estoy molesta. ¿Por qué estoy molesta? Inquieta, irritada...

¿Qué es esa locura de hablarle a gente que no veía, que no conocía ni conozco? ¿Qué es ese absurdo de abrirme con personas de la cuales jamás sabré? Lo entiendo en mi cabeza.: es tonto, pues sí. ¿Qué es ese afán de decir lo que pensaba y lo que sentía? Y recibir mensajes... vamos, no eran del más allá, eran de comunes y corrientes mortales. ¡Ya, déjalo! ¿Qué es ese ardor de saberme por toda la ciudad, por toda la virtualidad incluso? ¿Qué es eso de pensar que lo que yo quiera decir pueda importarte? ¿como por qué habría de interesarte a ti? No me conoces, no sabes quién soy, en tu vida me has visto, no tienes idea: tú sólo me escuchas decirte lo que yo quiero decirte, te comes mis verdades... y mis pedazos. ¿Qué es ese hechizo de lanzar palabras como una loca sólo esperando que alguien las encuentre? Pueden encontrarlas miles, puede no descubrirlas nadie. Puedes ser tú, o no. Qué más da. ¿Qué es esa adrenalina que me ponía las manos a temblar y la sonrisa enorme hasta el día siguiente... hasta dos días después? Soy una estúpida, no tengo remedio. ¿Será algún tipo de manía por ser escuchada, algún escondido miedo a la soledad, algún tipo de locura megalómana, algún trauma trascendental de la infancia? ¿Qué es este vómito de añoranzas? A saber. Qué mierda.

Descubrir una pasión es descubrirse vulnerable porque en el cabrón momento en el que no la puedes vivir, te vuelves indescriptiblemente pequeño y débil. Susceptible. Qué flojera. Te vuelves una caricatura de tí mismo, una burla, un ridículo y te aguantas. Un feo enano gracioso y no te gusta ser ni feo ni enano ni gracioso.

Una vez me dijeron "mujer de la voz", otra vez me alentaron a seguir pronunciando. Me han dicho un millón de cosas pero nada importa porque lo que yo me decía a mí misma, comienzo a dejar de creerlo, a escupirlo, a negarlo. He soñado que vuelvo también pero tampoco importa.

Esta vez, no hay conclusiones felices. Sólo una espera insoportable. Una ilusión asquerosa. Una pasión y mucha desesperación. Una sobredosis más. Ya. Fue.

cómo sería...

Te confieso que había pensado en cómo sería el sexo contigo. Me confiesas que tú también. Ni siquiera nos tomamos la molestia de adoptar un tono solemne y tímido, mucho menos ruborizado. ¿Para qué? Al contrario, nos causa gracia y alivio decirlo. Es más bien una plática casual y fresca: un tema más entre los tantos.

- Claro que lo había pensado, ¿tú?
- ¡Claro que también! ¿recién?
- ¡No! ¿qué pensaste?
- Que sería como las primeras veces: llena de tensión y vergüenza, ¿tú?
- Que no.

¿Qué clase de relación tan absurdamente joven, honesta y deliciosamente dual llevamos?

Me gusta.

Ella lo dijo primero, él después.

Ella escribe en primera persona.

(La expectativa es el aire. Gran descubrimiento.)

¿jaja?

¿Cómo es diferente el jaja
del jeje
del jiji
del jojo
del juju?

¿El ja
del jaja
del jajaja
del jajajaja
del jajajajaja?

Maldita era informática digital.
Me ha transformado.
Ni siquiera me río así.
¡Nadie lo hace!
Y lo peor: entiendo la diferencia.
:'(

Reflexiones en la penumbra

A mí me gustan las preguntas, las difíciles, sobretodo. Hoy leí una que me dejó inmóvil por unos segundos y mirando al vacío como una estúpida intentando responderla. Me interrumpió, tuve que dejar lo que estaba haciendo. La vi de frente y a los ojos y se lanzo sobre mí. No me pude defender, ya estaba encima: ¿qué otra pude haber sido?

Qué hermosa pregunta...

Dicen que el hubiera no existe pero esa es una mentira más, otra más. No nos gusta que exista porque nos atormenta pero por supuesto que existe. Está entre nosotros todo el tiempo. Existe en mí ahora. Y existe sin tormento, dicho sea de paso. Es posibilidad, curiosidad, infinito; eso es. Nuestra incapacidad para entender el infinito (y el hubiera) no justifica ni sostiene su inexistencia. He dicho.

Estar aquí hoy implica haber renunciado (concientemente o no y según mis números) a ciento cincuenta y tres mil novecientas ochenta y tres punto siete nueve dos cuatrillones de posibilidades -esto elevado a la séptima potencia. Puedo estar errada en el cálculo, quizá sean más. Y no lo digo con amargura o con arrepentimiento, que conste, simplemente lo digo. Lo digo, de hecho, con cierto grado de seductora fascinación.

Pude haber sido la mejor de mi clase. Pude haber sido una hija irrespetuosa. Pude haber sido ingeniera en sistemas o licenciada en comercio internacional… o nada. Pude haber sido adicta a la cocaína. Pude haber sido quien no te besara. Pude haber sido la del cabello verde. Pude haber sido mamá a los veinte. Pude haber sido una santurrona mojigata aburridísima. Pude haber sido quien te juzgara. Pude haber sido bulímica. Pude haber sido su esposa. Pude haber sido la mejor hermana del mundo. Pude haber sido quien disfrutara aprender francés y no italiano. Pude haber sido una eterna empleada motivada. Pude haber sido quien no temiera a la vulnerabilidad. Pude haber sido introvertida. Pude haber sido alguien sin pasión. Pude haber sido lenta. Pude haber sido paciente. Pude haber sido gorda. Pude haber sido tierna. Pude haber sido misionera en la sierra. Pude haber sido alguien que temiera a las arañas o a los payasos. Pude haber sido menos obsesiva. Pude haber sido fanática de la traición y/o de la hipocresía. Pude haber sido extranjera por siempre desde ese día. Pude haber sido mucho menos clara. Pude haber sido mesera, taxista, prostituta... y disfrutarlo. Pude haber sido alguien que salvara vidas. Pude haber sido diplomática, experta en rodeos y un poco dócil. Pude haber sido la de la infancia trágica. Pude haber sido amante de los animales. Pude haber sido planeada. Pude haber sido no deseada. Pude haber sido menos visual y menos musical. Pude haber sido la que no peleaba contigo. Pude haber sido la de la pésima memoria. Pude haber sido la portadora de una tragedia. Pude haber sido la que iba a misa todos los domingos. Pude haber sido superficial. Pude haber sido una persona de las mañanas. Pude haber sido abstemia. Pude haber sido acompañada. Pude haber sido emocional. Pude haber sido menos autodestructiva. Pude haber muerto en más de una ocasión. Pude haber sido mejor. Pude haber sido peor. Pude haber sido la que nunca escribiera esto, la que nunca escribiera nada. ¡Pude haber sido cualquier otra!

Cualquiera” es la respuesta a la pregunta. C-u-a-l-q-u-i-e-r-a. Lo voy a saborear. Pero de todas esas “cualquiera” (y me causa algo llamarlas así, pobres, no es mi intención), yo soy la mejor porque yo soy la que fue, yo soy "la elegida", en el mejor sentido. La elegida paso a paso, la construída, la lograda. Yo soy la posibilidad dentro de todo ese absurdo numérico de hubieras. Y todas las demás son iguales: no son, no fueron, no serán. Lo siento por todas. Hoy estoy aquí y ellas no. Qué alegría.

* (¿Qué necesidad tengo de estar pensando estas cosas? Como casi todo lo que me divierte, no lo entiendo. Hoy llovió y en la esquina del parque de enfrente se cayó un árbol sobre los cables eléctricos: me quedé sin luz, estoy en la penumbra. Empiezo a sospechar que la oscuridad forzosa me sumerge en estados profundos de vaga e inútil reflexión. Qué bueno que este aparato tenía batería. ¿Qué más puedo hacer si estoy tan cómoda y tan loca? Por lo menos aburrida no pero podría empezar por prender una vela…)

implosión

f. Acción de romperse hacia dentro con estruendo las paredes de una cavidad cuya presión es inferior a la externa.

(¡!)

Una explosión al revés me parece una genialidad.
¡Hacia adentro, claro! Qué buena idea.
Así nadie se entera.
Así nadie se afecta.
Así nadie recibe los fragmentos,
las balas perdidas.
Todo sigue funcionando
y nada se ensucia.

Las personas podemos implotar.
Y no me importa que no exista la palabra:
yo imploto.

¿Qué hacer cuando lo único que queda
es ir en contra de mí misma?
¿seguir esperando, seguir implotando?
¿o intentar explotar por una vez?
Sólo para ver qué carajos pasa.
Sólo para ver qué carajos pasa...

Esa extraña cosa

La esperanza me parecía para los viejos, para los que ya sintieron de todo y ahora lo único que les falta por sentir es esa extraña cosa llamada esperanza. Yo pensaba que la esperanza olía a pomada para dolores artríticos, a pastillas para el colesterol, a incontinencia y a somníferos. Creía que usaba bastón y zapatos feos, que tenía la cabeza blanca y se sentaba en el mismo sillón acumulador de polvo y olores desde hacía treinta años. Imaginaba la esperanza y pensaba en la mirada nostálgica y húmeda de un anciano hacia un bebé.

Relacionaba este sentimiento (o lo que sea) con ir de salida, generalmente, con un cansancio indescriptible y una inconformidad irrefutable. Con un "ojalá" imposible, con casos perdidos. Siempre me pareció añeja, conformista, medio podrida, a decir verdad. Me venía unida a "un mundo mejor", tal vez por tanto sobar esa frase tan masiva y prefabricada. Me sonaba a que las cosas estaban jodidas e iban a seguir jodidas por los siglos de los siglos, (amén). Me sonaba a atole con el dedo, a asidero absurdo, a resignación, a ridículo, a vacío, a pérdida. A discurso político reciclado, a enfermo terminal, a nombre propio de una señora de pueblo: la Señora Esperanza.

¿Esperanza? ¿Esperar a qué? Los jóvenes no esperamos, los viejos esperan. Irónicamente, los que tienen menos tiempo son los más tranquilos. ¿Y qué esperan? La muerte, ya qué. Esperanza me sonaba a muerte. Punto.

En fin, una cosa extraña, ajena, lejana... no mía.

Hasta hoy. Hoy se me manifestó la esperanza. Vino de visita a decirme que no huele a pomada y que va a dormir conmigo.

Creo que estoy envejeciendo... espero que no.

Vacante de empleo

Se solicita pretexto.
Simple, fresco y reutilizable.
Credibilidad absoluta.
Infalibilidad comprobable.
Titulación necesaria.
Proactivo y trabajo con base en resultados.
(No es ventas).
Experiencia previa indispensable.
Excelente sueldo.
Horario flexible.
Prestaciones por encima de la ley.
Buen ambiente de trabajo.
Opciones de crecimiento aseguradas.
Urgente llenar la vacante.
Candidatos, postularse por este medio.
Enviar Currículum Vitae con fotografía.
Entrevistas 24/7.
Si no cumple con los requisitos, absténgase.
Contratación inmediata.

Bienvenido, febrero

Enero (el mes de los excesos) terminó ayer.
Sus 31 días me dejaron exhausta y feliz.

Hoy, lunes 1 de febrero,
es doble estreno: semana y mes.
Triple, contando el día.
El uno del dos del dos cero uno cero.

Aquél que me pareció tan lejano en octubre,
ya llegó, ya está aquí.
Y trajo frío, lluvia, nubes y ganas.
Espero también traiga cambios, buenas noticias.
Todo puede pasar ahora: ¡que pase, que pase!

Qué bueno que llegaste, te estaba esperando.
Veamos qué me hacen tus 28 días.
Veamos qué me hacen tus 28 noches.
Bienvenido, febrero.

Es lunes, es feriado

¡No puedo creer la cantidad de felicidad que me genera no trabajar hoy! ¡Es demasiada! Es lunes, es feriado, es mediodía y yo sigo en piyamas viendo por la ventana un hermoso día nublado. Desperté sin prisa hace un par de horas dispuesta a poseer todas estos minutos y aquí estoy: haciéndolos míos. ¡Por cierto, mi departamento se ve hermoso los lunes a mediodía! ¿Cómo es que ningún lunes fingí estar enferma sólo para quedarme aquí? Buena idea...