terrible

El olor caliente a canela, la flojera de las tardes y cierto tic tac. La adrenalina. Una canción (un fuzz) que dura 5 minutos con 14 segundos de un disco de portada azul. Otra canción de otro disco que dura 3:34 en su versión en vivo. Incontables canciones, de hecho. El teatro, la neblina, el pan recién hecho. El saxofón... el buen jazz en general. Las manos frías y las caricias que sin querer, lo son. Las burbujas, el agua caliente, los pisos de madera. Esas hojas con forma de estrella que caen de esos árboles y que se van aplilando mojadas en las aceras mojadas de la ciudad mojada. Ese recuerdo. Las fotografías en blanco y negro, los suspiros inesperados, las chimeneas. El olor a pimienta y a tierra mojada. La pequeñísima sombra que a muy pocos hombres se les forma, debajo del labio inferior y justo encima de la barbilla. Algunos idiomas extranjeros, algunos acentos extranjeros. Esas líneas afiladas y descendentes de las caderas. Ese huequito en la parte baja de la espalda baja. La barba cerrada y perezosa de tres días. Los besos lentos, los abrazos largos y el aliento tibio en el cuello. El olor a libro nuevo. El color gris, las cascadas, las corbatas, los susurros, la complicidad. Ese hueso. Un hombre seguro y decidido... y casi rapado por completo. El whisky en las rocas (aunque no me guste tomarlo así) y la espuma blanca de la cerveza oscura y fría. El silbido del tren a lo lejos a media madrugada. Luces que se prenden y se apagan en ventanas ajenas de un paisaje urbano y visto desde muy lejos. La albahaca, el chocolate amargo y la dulce acidez del vinagre balsámico. Morderse los labios. Esos excepcionales rayos de sol que uno descubre de lado y revelan diminutas partículas de polvo flotando en el aire. La prosa profundamente descriptiva. La velocidad en carretera, los ríos pequeñitos. El olor a loción, a recién bañado. La media luz, la estática, las toallas tibias y esponjadas. El atardecer en la playa mientras los pies se hunden en la inestable alfombra de arena mojada. La luna, como decida estar. Viajar sola. El vaho que se forma en la cara interna del cristal de mi ventana mientras del otro, se adhieren las frías gotas de la lluvia. Los orgasmos, los escalofríos. Jude Law y la idea de ti.

Terrible. Es simplemente terrible la excitante sensualidad que encuentro en estas cosas. Terrible su erostimo mal escondido sobre las superficies. Terrible que algunas sean tan comunes, tan cotidianas y tan vulgares. Tan fáciles y sosas. Terrible andar así por el mundo y descubrirme provocada, hechizada, seducida por su misterio. Es una burla, es terrible.

1 comentario:

K dijo...

love it! de verdad, me encanta.