Reflexiones en la penumbra

A mí me gustan las preguntas, las difíciles, sobretodo. Hoy leí una que me dejó inmóvil por unos segundos y mirando al vacío como una estúpida intentando responderla. Me interrumpió, tuve que dejar lo que estaba haciendo. La vi de frente y a los ojos y se lanzo sobre mí. No me pude defender, ya estaba encima: ¿qué otra pude haber sido?

Qué hermosa pregunta...

Dicen que el hubiera no existe pero esa es una mentira más, otra más. No nos gusta que exista porque nos atormenta pero por supuesto que existe. Está entre nosotros todo el tiempo. Existe en mí ahora. Y existe sin tormento, dicho sea de paso. Es posibilidad, curiosidad, infinito; eso es. Nuestra incapacidad para entender el infinito (y el hubiera) no justifica ni sostiene su inexistencia. He dicho.

Estar aquí hoy implica haber renunciado (concientemente o no y según mis números) a ciento cincuenta y tres mil novecientas ochenta y tres punto siete nueve dos cuatrillones de posibilidades -esto elevado a la séptima potencia. Puedo estar errada en el cálculo, quizá sean más. Y no lo digo con amargura o con arrepentimiento, que conste, simplemente lo digo. Lo digo, de hecho, con cierto grado de seductora fascinación.

Pude haber sido la mejor de mi clase. Pude haber sido una hija irrespetuosa. Pude haber sido ingeniera en sistemas o licenciada en comercio internacional… o nada. Pude haber sido adicta a la cocaína. Pude haber sido quien no te besara. Pude haber sido la del cabello verde. Pude haber sido mamá a los veinte. Pude haber sido una santurrona mojigata aburridísima. Pude haber sido quien te juzgara. Pude haber sido bulímica. Pude haber sido su esposa. Pude haber sido la mejor hermana del mundo. Pude haber sido quien disfrutara aprender francés y no italiano. Pude haber sido una eterna empleada motivada. Pude haber sido quien no temiera a la vulnerabilidad. Pude haber sido introvertida. Pude haber sido alguien sin pasión. Pude haber sido lenta. Pude haber sido paciente. Pude haber sido gorda. Pude haber sido tierna. Pude haber sido misionera en la sierra. Pude haber sido alguien que temiera a las arañas o a los payasos. Pude haber sido menos obsesiva. Pude haber sido fanática de la traición y/o de la hipocresía. Pude haber sido extranjera por siempre desde ese día. Pude haber sido mucho menos clara. Pude haber sido mesera, taxista, prostituta... y disfrutarlo. Pude haber sido alguien que salvara vidas. Pude haber sido diplomática, experta en rodeos y un poco dócil. Pude haber sido la de la infancia trágica. Pude haber sido amante de los animales. Pude haber sido planeada. Pude haber sido no deseada. Pude haber sido menos visual y menos musical. Pude haber sido la que no peleaba contigo. Pude haber sido la de la pésima memoria. Pude haber sido la portadora de una tragedia. Pude haber sido la que iba a misa todos los domingos. Pude haber sido superficial. Pude haber sido una persona de las mañanas. Pude haber sido abstemia. Pude haber sido acompañada. Pude haber sido emocional. Pude haber sido menos autodestructiva. Pude haber muerto en más de una ocasión. Pude haber sido mejor. Pude haber sido peor. Pude haber sido la que nunca escribiera esto, la que nunca escribiera nada. ¡Pude haber sido cualquier otra!

Cualquiera” es la respuesta a la pregunta. C-u-a-l-q-u-i-e-r-a. Lo voy a saborear. Pero de todas esas “cualquiera” (y me causa algo llamarlas así, pobres, no es mi intención), yo soy la mejor porque yo soy la que fue, yo soy "la elegida", en el mejor sentido. La elegida paso a paso, la construída, la lograda. Yo soy la posibilidad dentro de todo ese absurdo numérico de hubieras. Y todas las demás son iguales: no son, no fueron, no serán. Lo siento por todas. Hoy estoy aquí y ellas no. Qué alegría.

* (¿Qué necesidad tengo de estar pensando estas cosas? Como casi todo lo que me divierte, no lo entiendo. Hoy llovió y en la esquina del parque de enfrente se cayó un árbol sobre los cables eléctricos: me quedé sin luz, estoy en la penumbra. Empiezo a sospechar que la oscuridad forzosa me sumerge en estados profundos de vaga e inútil reflexión. Qué bueno que este aparato tenía batería. ¿Qué más puedo hacer si estoy tan cómoda y tan loca? Por lo menos aburrida no pero podría empezar por prender una vela…)

2 comentarios:

Haytace dijo...

Y no te preguntaste qué podrías haber hecho en ese momento mientras estabas escribiendo todo esto?
Quizás hacías algo que sin quererlo te hubiera trnasformado en alguna de esas cualquiera, o no. Quizás un día seas una de ellas, quizás.
Pero de lo que si puedes estar segura, es que nunca vovlerás a ser la misma que dedicó un momento de su día para escribir estas líneas.

letraaletrahaydetodo dijo...

Gracias al creador y a la naturaleza que arrastró al sur una onda polar que al mezclarse con las ondas calidas del pacifico provocaron la lluvia que ablandó la tierra que provocó la caida del arbol del parque enfrente de tu casa que te dejó sin luz y te inspiró escribir esta maravilla. Me cai que me encantó.

Gracias Ro.