Poner pausa

Tengo ganas de verlas y platicar con ustedes, con las cuatro. Estar las cinco juntas otra vez.

Imagino una terraza en un lugar hermoso, aquí o allá, día o noche, frío o calor, me da igual. Con vino tinto, muchos cigarros y todo el tiempo del mundo. Todo lo necesario para no movernos si no queremos. Sin aviones amenazando con irse, sin vacaciones restringidas, ni compromisos o familias esperándonos en ninguna ciudad. Poner pausa...

Hablar de todo y de nada y otra vez de todo. Poder decir lo que sea, aquello que nadie más podrá saber jamás y aquello que es tan obvio y evidente que hasta sobraba decirlo. Pero decirlo todo porque sí. Escucharlo porque lo dijiste y ya. Quiero platicar, platicar y platicar... como cuando teníamos 14 y 17 y 21 y 26 y como hace un par de meses.

Platicar hasta sentir que fue suficiente (no hasta que lo sea porque nunca lo será)... como antes. E irnos todas al mismo tiempo para no dosificarnos las ausencias.

Ya entendí que jamás me curaré de extrañarlas. Al contrario, esto va recrudeciendo: pasan los años y cada vez me hacen más falta. Sobra decir que las quiero con toda el alma.

3 comentarios:

K dijo...

Creo que entre más pasa el tiempo y nos volvemos grandes, y de pronto los problemas parecen mas serios y de gente en traje y casada y las fechas límite y los hijos y las chequeras y... las necesidades básicas también se reducen. Un momento como el que describes sigue estando en mis necesidades básicas y como dices, cada vez más.

Unknown dijo...

Entre mas pasa el tiempo, más personas conozco, más cosas me pasan, más vibras, más celulares, más tarjetas, más cheques, más responsabilidades, más "amigas" unas si buenas otras no, más regaños, más tristezas, más experiencias, en fin... me doy cuenta que no voy a encontrar un tesoro igual o similar. Siento total empatía por que además nadie me conoce con tal apertura... tal vez él pero no sabría decirlo con certeza. Soy afortunada por saber que hay manera.

* dijo...

Una pausa eterna, y que si de repente se bota, se vaya a slow motion. Las extraño siempre y al mismo tiempo me acompañan, y aunque me acompañen necesito el contacto físico. Me encanta leer esto porque no soy la única que lo siente y puedo dejar de sentirme rara en esta ciudad lejana que después de 5 años y medio no me ha dado lo que tengo con ustedes. Es tener una cajita llena de sorpresas, tesoros y recuerdos que con sólo verla me sale una sonrisa abrazadora!... jajaja.