Es como la pipí

¿Cuándo hacemos pipí? No cuando hemos determinado que bebimos demasiado líquido y que nuestro cuerpo ya no puede retenerlo más. No cuando decidimos: "han llegado las 5:22 de la tarde, es mi hora de ir a hacer pipí, con permiso, ahora vuelvo".

No. No es racional, no lo establecemos concientemente. Puede que una que otra vez cuando vamos a hacer un viaje largo o anticipamos un imprevisto... pero en lo general, not really.

Sabemos que tenemos que hacer pipí porque se sienten las ganas, porque no aguantamos y no podemos dejar de pensar que tenemos que hacer pipí hasta que hacemos pipí. Punto y se acabó. No hay de otra. No es nuestra decisión. Porque no podemos más, porque un impulso nos lleva, porque es hora. No programamos ni determinamos un carajo. No bebemos un litro de agua, esperamos 37.6 minutos y entonces vamos por mero calendario.

Por más que sea hora, por más que bebimos o no bebimos, por más que todos ya hayan hecho pipí y te pregunten cuándo vas a hacer pipí tú, por más que se suponga que hacer pipí debe hacerte feliz, por más que todos a tu alrededor hagan pipí y te expongan una a una las ventajas de hacerlo... por más que el tiempo, los riñones, el clima, los diuréticos y el carajo... ¡no!

Se siente o no se siente. Uno se hace o no se hace. Quieres o no quieres.

Y como la pipí, hay tantas cosas más.

Toda la sabiduría de la pipí.

No hay comentarios: