Unsaid

Gracias por creer en mí desde el día en que me conociste. Lo recuerdo perfecto. Gracias por mostrarme mis letras, mi voz, mis quejas, mis shortcomings y por decirme: "eres un 4". Gracias por ser un genio loco que sabe quién soy y que siempre vio en mis ojos lo que el espejo aún no me ha mostrado. Gracias por decirme "gran mujer" y por ser un gran senior. Un día, tú jalarás el pincel y yo la pluma. Ya verás.

No tienes nada de qué preocuparte. No quiero que necesites validación "objetiva" o externa de mis decisiones, son mías. Esto no es un arranque, lo he pensado bien. Me lleva el corazón, esa es otra cosa. Sólo te necesito conmigo, ahora más que nunca (como siempre). No tengas miedo, ya soy una mujer y voy a estar bien... aquí o donde sea. Y tú irás a visitarme.

Mantenerme debajo de ti no hace que tú estás más arriba. Así no nos hacemos más fuertes, todo lo contrario. Qué pena que no pudieras comprenderlo pero me diste el último empujón que necesitaba. Será un gran camino para mí, estoy segura, otro más. Y tú me estás obligando y ayudando a tomarlo. Vueltas de la vida, ¿no? Gracias por eso y mucha suerte para ti.

Quiero verte. Me muero por desayunar contigo un sábado lluvioso, ir a ese concierto de música independiente o ver una película un domingo en la tarde. Ojalá sea pronto. Me come la incertidumbre y me gusta el contacto, la sonrisa me la pones siempre. Tengo miedo de que un día ya no contestes más pero me haces preguntas, garantizando tú también, una respuesta de vuelta. Sólo quiero verte, eso me bastará para saber todo lo demás. Créeme.

Me dan mucha risa tus pantalones y creo que, en el fondo, eres un reprimido ser perverso.

Me duele que te hayas quedado atorada en esa etapa tan linda de tu vida. Me duele que haga tantos años de eso y hoy que estás en otro lugar, no puedes verlo porque sigues allá, atrás, en lo que ya no es. Tus ojos lo dicen, ¿sabes? Al verte o hablar contigo confirmo que nuestra conexión se rompió pero confieso que internamente me alegro por todo lo que he crecido.

Puedes confiar en mí. Yo me llevo prácticamente todo a la tumba. No pasa nada y, ¿te digo un secreto? Ni es tan grave. ¿Qué más da? Si yo te contara... gracias por contarme tú. Aunque hables chistoso, ha sido un placer encontrarte en todo tu 1.54 y medio. La música se queda y falta mucha. Espero a la abuela. Escondo una admiración secreta a tu valentía. Tenemos un viaje pendiente, yo pongo el auto.

Tú no fuiste claro y a mí no me interesaba. Llegaste a demostrarme otra cosa. No me reclames. Tú no querías, yo tampoco. No hay víctimas. No juegues. Llevémosla en paz. Sigamos riendo y salud.

Me sigues debiendo una plática y yo cada viernes te quiero más y te creo menos. Eres el mejor pero esto no se acaba aquí. Ármate, vamos por los sueños, no sólo yo, tú también.

Es un gusto que hayas entrado así en mi vida. Sutil y luego de golpe... y en la distancia. Mi intuición y tu apertura aquí nos tienen. Y por primera vez, no te mandé al carajo... y mira. Lo que falta. Qué bien que me dejes acompañarte en esta etapa tan dura. Qué bien que me trague mis palabras. Gracias por eso y bienvenida. Todo se acomoda. Voy a cumplir mi parte del trato, tú también, ¿verdad?

Tres palabras te hacen mágica: "yo te apoyo". Por decirlas siempre en el momento adecuado y porque en verdad lo siento. Fue un cariño de rebote en ambos sentidos pero hemos logrado conocer lo esencial de la otra. Y coincidimos en la fascinación por un país. Suerte con las hormigas y con el azúcar. No me parece coincidencia que tengas problemas con las dos cosas, eh. Con la foto no necesitas suerte. Me quedo con ganas de que vuelvas y beber.

Eres buena, deja de sentirte insuficiente. Te lo digo yo con el cero absoluto de autoridad moral en el tema. Te falta todo por vivir. Vívelo y disfrútalo. No se te va a atorar nada y te lo mereces todo. Eres una guerrera, desde antes de nacer lo eras.

Me da miedo irme y que cuando vuelva ya no estés. O volver porque ya te fuiste. Ya me duele. Voy a extrañar las venas de tus manos, tu sonrisa callada y el lugar que me haces a tu lado siempre, esté quien esté. Perdón por demostrarlo así, corazón santo. Voy a recordarte en la casa vieja, ¿está bien? Puede que sí me case, que vuelva a comer carne y que tenga hijos pero no estoy segura. Ya veremos, espero no decepcionarte. Voy a seguir leyendo en las noches con la luz de una lámpara y me voy a terminar los ojos, eso haré. Ni hablar. Donde quiera que te vayas, recuerda: tienes palancas. Y gracias por darme a mí la pulsera de los 63 años.

Tenemos que seguir, tienes que seguir, ver por ti, por ustedes. Ya basta de la espera, del suspenso. Vas a ser el mejor papá pero nunca va a ser el momento ideal. Tu bebé te está esperando. Sigue, eres grande, no empequeñezcas, no te conformes. Grandes experiencias, grandes lecciones, enorme el cariño, difícil la cuesta arriba. Y yo, me gané un hermano. En algún lugar de un gran país, tú elige cuál. Pon la mirada arriba, sacúdete y sigue. Allá nos vemos.

Te veo y pienso: "que no me pase a mí". No me gusta que nos tengamos que saludar ni que tengamos que fingir que nos da gusto vernos. A los dos nos cuesta. Sé que volteaste todo e hiciste parecer que la idea fue tuya. Qué lástima que no se te ocurran cosas.

¿Cómo hiciste para no decirme una sola mentira y aún así no decirme la verdad? Aún no lo entiendo. Y recuerdo mi sonrisa, la celebración y la gran felicidad que me regalaste ese jueves a las 4 de la tarde. Mis jeans y el cuadro horrible a tus espaldas. Te la compré completa. Hoy te veo y me azota una mezcla inexplicable de pensamientos. Te dejé empeñada mi ingenuidad y nunca volveré por ella: véndela también. Debe haber más especímenes de tu raza pero yo sólo te conozco a ti y me basta.

No me gusta que me forces a decir que estoy de acuerdo contigo. La mayoría de las veces no lo estoy pero me da flojera embarcarme en una discusión sin fin y entonces te digo lo que quieres escuchar. Perdón, pero platicar contigo a veces es muy cansado. A pesar de todo, me caes bien.

Siempre pensaré en ti como alguien que debía aparecer para mí. Y apareciste. Desapareciste dos años y cuando volviste a llegar, lo hiciste con una invitación que cambió el rumbo de todo. Fue por ti, lo sé. Eres un gran hombre, un maestro congruente del que todavía no termino de aprender. Gracias por ese salón, por ese pasillo, por ese escritorio. Por mi espalda, por cuidar tus palabras y tu verdad. Azul Guayaba es tuyo, te lo regalé. Siempre serás.

Qué bien haberla conocido en ese jardín. Gracias por demostrarme que la vida es impredecible y por ser prueba viviente de que yo también voy a estar bien, pase lo que pase. Por todo el humo y el no-humo. Por leerme, contarme, escucharme, compartirme. Profundamente humana. Porque nunca me dejó olvidar de dónde vengo y porque siempre fuimos sólo dos mujeres hablando para las que nunca importó nada más.

A ti, por tu honestidad brutal, porque sabes lo que es "incondicional", por pegarme en el orgullo en cada oportunidad que tienes, por todo el ron que bebimos, cuántas horas, por Joaquín. Por todas las risas en ese funeral. Por ti, por mí y por las que faltan. Porque aún no sé si podrás guardarte el "te lo dije". Mi primer amigo aquí, un excelente augurio es lo que eres... aparte de un chaparro pelón (y cínico como nadie). Porque nunca me quisiste cambiar y porque te convencí de irnos a Cuba. Por todos los días y por ser el pegamento. Tengo tu chamarra desde hace un año y todavía te quiero. Still.

No puedo acomodar las palabras para ti, sólo diré que jamás lo hubiera imaginado, que jamás podré arrepentirme, que todo estaba dado y que Luxemburgo y la mermelada seguirán ahí, ahora y después. Grandes preguntas y grandes respuestas contigo. Al final, fue muy difícil y la atención siempre estuvo en otro lado. ¿Intencional? No lo sé. Nunca me preguntaste nada y me hubiera gustado que lo hicieras. Pero no importa ya. Sigues aquí y eso es bueno. Hay cosas que se escriben en el alma, tú eres una.

Es oficial: no puedo verte sin coraje. Me hubiera gustado que nada pasara, que ese capítulo no existiera. Siento que jugaste chueco. Las cosas se torcieron de más; tú las torciste y al final, como siempre, te salió todo bien... y tan tranquilo. Creo que tienes que crecer pero parece que te funciona seguir siendo un niño.

El sábado encontré el anillo y me lo puse. No para extrañarte sino para sentir que toda esa historia sí sucedió en esta vida y no en otra. Que nos pasó a ti y a mí, no a otros. No cumplimos la promesa pero no importa... porque sí la cumplimos. Nos sobró cabeza, nada más. Y quién sabe, así todo es perfecto. Fue un honor haber compartido tanto. Extraño al que fue mi mejor amigo y no estoy segura pero de verdad espero que seas feliz.

Tu pedazo de hogar más cercano y mi cómplice de media vida. A ti no tengo nada que decirte, ya te lo iré diciendo. Tú te quedas, las hermanas no se van.

Somethings are better kept unsaid... some are not.

¿Escribir cuenta? Para mí, sí. A veces, hasta más que hablar.

4 comentarios:

K dijo...

Todos me gustan, algunos son favoritos, pero este... este me hizo chillar. Hermana.

Home is wherever I´m with you!

Anónimo dijo...

:D

Anónimo dijo...

escribir es como decir sin tener que hablar =)

letraaletrahaydetodo dijo...

Hoy lo vuelvo a leer y vuelvo a llorar. Soy hombre, pero tambien soy humano y siento.

Te lo habia dicho por telefono; te lo vuelvo a repetir ahorita:

GRACIAS RO!!!

Dura y suave, amarga y dulce; esta manera de escribir y de escudriñar la mente y el corazón.

Soy tu fan.