Retrato de un amor posible

Si vuelves a recogerte el pelo con tanta alevosía frente a mis ojos, vas a despertar al dragón que duerme entre mis manos y no voy a hacerme responsable de los desperfectos. Mi corazón es un cine de verano cada vez que bajo al metro y la boca de destino es tu barrio. Llamo barrio a tus caderas, a las arrugas de tus ojos, al tattoo de tu pie derecho, a los treinta y cuatro lunares de tu espalda. Tú tan revolucionaria y yo tan zen; pero hasta los desconocidos nos miran con arte cuando te deshielas, cuando bajas la guardia y apagas el busca de las dudas, cuando retiras tu ejército. Entonces quiero salir corriendo y borrarle la prisa a Madrid, bajarle el sueldo a tu jefe, curarme la alergia a los gatos, casar a tu novio con otra, presentarte a mi psicóloga, follarnos escuchando clásicos, pagarnos la jubilación. Si vuelves a recogerte el pelo con tanta alevosía frente a mis ojos, voy a cometer un disparate y van a llorar de envidia todos los poetas. - Diego Ojeda

Ay.


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