Agosto es una carretera

Ambas cosas surten en mí el mismo efecto: agosto y las carreteras. Me pongo reflexiva y neutral. Me acomodo, evalúo y mi perspectiva cambia. Me tomo el tiempo. O el tiempo me toma a mí. Disfruto el camino y paso divirtiéndome por donde sea que esté pasando. Y aunque no sepa con exactitud cuánto falte, sé que he de llegar a algún lugar. Debe ser el cumpleaños que me está renovando la madurez y que me hace mirar por las ventanas. Que me hace sonreír a escondidas, hablar de lo que nunca hablo y cantar más fuerte de lo normal. Y disfrutar la velocidad. Debe ser agosto que, para mí, siempre es una carretera.

No hay comentarios: