Esta semana aprendí...

Que una historia no se escribe de manera lineal y que se va enriqueciendo a medida que se desdoblan las letras. Que es imposible escribir sin vaciarse. Que los detalles autobiográficos son difíciles de evitar y que vuelven a la historia mi cómplice más cercana. Que se necesita muy poca imaginación para darle a vida a los personajes; basta, muchas veces, con recordar y observar a los reales. Y que las mejores partes de mis días son cuando estoy tecleando.

1 comentario:

Ana Caballero dijo...

Loved it... Yo también quiero aprender todo eso en una semana