Rara también

No estoy triste pero lloro. Estoy cansada y no duermo. Tomo café, no quiero comer. Callada y teniendo todo qué decir. Mareada pero sin sostenerme, como si quisiera seguir cayendo sin caer ni hacerme daño. Explorando el límite sin moverme. Me dolió la cabeza, no el alma. Las pastillas no alivian, el agua sí. La televisión apagada me ve a mí y la música escucha mi silencio. Los libros me están leyendo y la cama sueña conmigo. Escribo pero no me desahogo. Ni se termina de sofocar ni sopla el viento. La batería no se carga, el cable no trasmite y la conexión se rompe. Casi no y casi sí. Tranquila pero conflictuada. Estoy conmigo y sin mí. Presente pero no aquí. Perdida en un lugar que ya conozco. La soledad no angustia. La compañía no alcanza. No importa qué hora es, lo que importa es que es domingo. Me siento libre y atrapada. No quiero hacer nada pero no me alcanza el tiempo para todo lo que quiero hacer. Ni aquí ni allá. ¿A dónde me habré ido o dónde me habré quedado? ¿Dónde estaré ahora? Partida, agrietada, mojada, ajena, fértil, completa, desperdiciada, flotando y anclada. Desfasada, me estrello en una contradicción. Yo no sé qué pasa.

Algo tomó posesión de este espacio y yo, como un campo de batalla: sereno, enorme, abierto y testigo expectante de esta lucha sangrienta entre dos (o más) grandes. Al borde. Todo raro y yo, parte del todo: rara también.

2 comentarios:

demon dijo...

tambien me pasa en los domingos...

* dijo...

no es domingo, pero sigo pegada a eso!