Dos en menos de tres

Dos de mis grandes miedos (pero no los únicos) de vivir sola se han materializado en menos de tres minutos el domingo por la tarde.

Uno, dejé mis llaves adentro, cerré la puerta con seguro y me salí. Yo no sé dónde tengo la cabeza estos días... quizá colgada al llavero. Siempre me fijo, siempre... antes de cerrar, si tengo las llaves en la mano. Bueno, esta vez no me fijé. Al estar afuera, me di cuenta que no tenía las llaves y estaba sola afuera sin ganas ni tiempo de hablarle a un cerrajero. Tenía veinte minutos para estar sentada en una sala de cine y eso no es negociable. Tenía que actuar rápido.

Dos, me escabullí por una ventana y entré. Me trepé como araña por una pared (todavía no entiendo bien cómo), abrí la ventana, me estiré hasta límites insospechados, subí y me metí. Por unos segundos, tuve las piernas y el trasero afuera colgando de la ventana y los brazos y la cabeza adentro. Perfectamente doblada por el abdomen. Oh, well... quizá mi verdadera vocación sea otra. Colgada ahí, vi las llaves, colgadas también. Colgadas todas, ellas y yo. Me bajé como pude, tomé las llaves, abrí la puerta y me salí como si nada... un poco temblando por el esfuerzo, eso sí.

En resumen, me puedo quedar afuera sin llaves y es posible escabullirse en mi depa. Si lo pude hacer yo, lo puede hacer alguien más. Pero no cualquiera cuenta en su arsenal de experiencias 2 años de escalar paredes y cerros. Eso me consuela. Ni cualquiera cabe por esa ventana. Eso también me consuela. Yoga me volvió bastante flexible. Eso tampoco cualquiera. En fin. Más cuidado a la próxima, mujercita. (Aún no decido si quiero tener esa ventanita entre abierta por si acaso... uno nunca sabe).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

a este anonimo le gusta esto!

letraaletrahaydetodo dijo...

Yo creo que cuando una persona, decide escalar algo por deporte, le pierde miedo a todo y encuentra muchos beneficios al repecto.

A poco no está de pelos escalar?

VA!!