Una banderita en la luna

Hoy cumplo 1 año viviendo en el DF... y nada, no podía dejar pasar el día así como así. Al menos tenía que escribir esto que no tiene ni tendrá ni fondo, ni forma; ni profunidad, ni superficie; ni pies, ni cabeza; ni cola, ni rabo. Será como la banderita que dejaron esos hombres si es que llegaron a la luna. Un pequeño homenaje a todo lo que significan estas letras; una pequeña señal, de ésas que últimamente faltan tanto; una prueba de vida, de ésas que buscamos darnos diario. Un símbolo para rendirle culto. Le dejo una mentada de madre y un beso en los labios a cada uno de estos 365 días. Un manojo de sentimientos encontrados, una lucha interna, una sonrisa con lágrimas en los ojos, un par de puños apretados y un abrazo de regreso.

Gracias, (pinche) Ciudad de México. Y lo digo con cariño, con sorpresa y con coraje a partes iguales. De ese coraje que, lejos de ser todo enojo, es todo garra. Qué rápido pasa el tiempo en ti. Eres un asco y un encanto. Hueles a mierda y a futuro. Veinticinco millones de solos hechos bola. En ti, todo lo cerca es lejos y todo lo inimaginado está a la vuelta de la esquina. No sé si aquéllos llegaron a la luna, pero sí sé que yo llegué hasta acá. De mí ya nadie te saca, DF. Te quiero y no te soporto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Verdad: DF que afortunado eres por tener a ro por allá. Te odio por eso.

Valora ese espiritu que ronda tus calles. Guadalajara la extraña.

Es neta.