A diferencia de todo


Quiero toda la ternura que acumula el mar sólo para acercarse a besar su playa. Quiero la sabiduría del sol cuando se atreve a pasar entre tantas nubes. Quiero la rabia con la que un tornado embravecido llega a levantar el polvo y va y lo escupe en otro lado. Quiero la calma con la que se congelan los glaciares y quiero la prisa de los ríos cuando van bajando a abrazar a su madre. Quiero la paciencia de la tierra cuando gesta una semilla y la entereza de aguantar sus ramas que aguantarán nidos. Quiero la seguridad de una casa de murciélagos en el medio de la noche. Quiero la magia de un volcán en el centro de mi pecho y la sutileza de la geometría en las flores de colores. Quiero la alegría y la desfachatez que deben tener los hongos para brotar así, tan despreocupados, ante la menor provocación de las aguas del verano. Quiero la ingenuidad del cielo que vive mirando arriba, la humildad del cielo que vive mirando abajo y la fe de las hormigas que ha de cambiar el tiempo. Quiero el misterio de la nieve en tu mirada y el deseo que nos tiemble desde adentro.

Y dado que solamente tengo unos años más en esta tierra, a diferencia de todo lo mencionado anteriormente que bien estaban y estarán antes y después de mí, también, todo eso, lo quiero pronto.


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