Apología de una boca

Le escribí el título a esto y me sentí insuficiente.
Inmediatamente incompetente.
Estúpida.
Prescindible.
Ridícula.
Pequeña.

Para hablar de ti.
De tu boca.
De... tanto.
De tú.
De yo.

De tu boca.
De tu boca.
De tu boca.

Ésa que me preguntó la hora para después besar urgentemente la mía.
Ésa que se mordió los labios porque sus ojos todavía no veían los otros.
Ésa que bebió mezcal y pronunció las direcciones exactamente opuestas hasta perdernos todos.
Ésa a la que le urgían las ganas y buscaba, sin lograrlo, recuperar el tiempo perdido.
Ésa que pregunta y responde.
Ésa en la que me perdí tantas veces y tantos tiempos.
Ésa en la que hablé y sonreí.
Ésa en la que amanecí.
Ésa a la que alimenté.
Ésa que mordí desesperada.
Ésa en la que me fundí.
Ésa en la que me perdí y me encontré perdida y encontrada.
Ésa que intenté delimitar con mis dedos acariciándole -con toda mi delicadeza- los bordes.
Ésa que me hizo aterrizar en mundos llenos de escalofríos, temblores, carcajadas y charcos de amor.
Ésa que intento -fracasadamente- memorizar.
Ésa en la que caben todas las palabras, los silencios, las sonrisas, las urgencias.
Ésa en la que vale la pena cualquier desvelo y cualquier sol.
Ésa que tanto se ha tragado.
Ésa que ya no quiere tragar más.
Ésa que ha paseado por mi cuerpo a las cinco de la tarde y a las tres de la mañana.
Ésa que fuma, bebe, besa, ríe, vomita, calla, provoca, enreda y desata.
          Abraza. Abarca. Atiende. Aturde. Acaricia. Ama.
          Aquí. Conmigo.
Ésa.
Ésa que eres tú: la bendita boca ésa.

Tanta voz.
Tanta saliva.
Tantas canciones.
Tanto dicho y no dicho.
Tanto tú.
Tanto todo.

Que te duelen las encías.
Que masticas la prisa.
Que dices "nada" cuando te pregunto qué estás pensando.
Que hace sonidos cuando despiertas, cuando sueñas, cuando...

Que tienes hambre.
Que tienes algo que decir.
Que gritas.
Que aprietas.

Mi recorte de realidad favorito.
No faltaba ni decirlo.
Ya.
Lo has sabido.
Yo también.

Pero no me pertenece.
Aunque un poco sí.
Un poco sí.
por favor...
          un poco sí.
Un poco sí me pertenece esa boca.
¿Verdad?

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