A veces dan ganas

A veces dan ganas de dejar de sonreír. A veces dan ganas de dejar de soñar. A veces dan ganas de dejar de hablar. A veces dan ganas de dejar de buscar el estúpido lado amable. A veces dan ganas de estrellar un millón de cosas contra la pared y dejarlo todo así, roto, hecho añicos por el suelo. A veces dan ganas de mentir por el puro placer de hacerlo. A veces dan ganas de aventar algo por el balcón. A veces dan ganas de aventarse por el balcón. A veces dan ganas de gritar hasta quedarse sin voz. A veces dan ganas de llorar hasta quedarse sin ojos. A veces dan ganas de borrarse la memoria. A veces dan ganas de desaparecer, así nomás... así nomás no volver a volver. A veces dan ganas de burlarse de todo y cagarse en todo. A veces dan ganas de decirle a uno que otro sus verdades. A veces dan ganas de lastimar algo, porque sí, porque se puede hacer y ya. A veces dan ganas de cortarse la piel con una navaja fría y afiladísima. A veces dan ganas de salir desnudo a la calle sólo para ver qué carajos pasa. A veces dan ganas de dejar de buscar un sentido. A veces dan ganas de dejar de creer en el amor. A veces dan ganas de dejar de creer en la vida. A veces dan ganas de no despertar. A veces dan ganas de no levantarse de la puta cama ya nunca más. A veces dan ganas de ser otra persona. A veces dan ganas de no ser nadie. A veces dan ganas de meterse un tiro entre los ojos y darlo todo por acabado ya.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Te secundo.

Neta.