Todo tan simple


La profundidad de una mirada limpia que brilla y refleja. Un espejo que no quiere pelear y tira besos. Un amor que desespera de tan grande. Una voz que puede decirlo más alto pero no más claro. Agua y comida calientes todos los días a cualquier hora. Cierta cantidad de monedas en la bolsa. Un camino que abrasa y abraza. La piel más sensible que nunca. El olor del café recién hecho en las mañanas. Una recámara llena de vida y luz. Una cama llena de paz y sueños. El viernes sin despertador. El sábado con ganas hasta el domingo. Los zapatos gastados de tanto andar. Los motivos de los días. La sonrisa de dientes para adentro. El corazón que sabe saltar. La razón para levantarse de la cama. Una gran ciudad que me abraza a diario.  Desfiles de rostros de gente que no puedo ni explicar. Un departamento bonito y mío. La ropa limpia. La conciencia también. Los cuadernos llenos. El alma también. Un abrazo en el que cabemos todos. Un librero lleno de hojas en el pecho. Tantos benditos cabos sueltos. Tantos textos sin terminar. La historia por contar. La música en el aire. La mirada en el cielo. La luna en la ventana. Todo tan fácil. Todo tan simple. A mí, todo esto, sólo me tomó 30 años.

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