En lo valiente que eres. En tus ojos, en tu boca, en tus manos, en tantos años atrás. Imagino la seguridad que debiste sentir. Y el desamparo. Pienso en la puerta que cerraste tras de ti y en la gente que se te fue. En las palabras afiladas y huecas que se pronunciaron y que nunca escuchaste. ¿Jamás dudaste? ¿Jamás pensaste que sería mejor guardarlo todo?
Pienso que me hubiera encantado estar ahí para besarte la frente.
Pienso en ti.
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